Si hay algo que preocupa a todos los padres es la salud y el bienestar de nuestros hijos, en todos los aspectos de su desarrollo, tanto físico como emocional. Hoy vamos a hablar sobre la salud de los pies. ¿Cuándo llevar a los niños al podólogo? ¿Qué síntomas nos deben hacer pensar que deberías acudir al podólogo con tu hijo? ¿Cuáles son los problemas más habituales a estas edades? Todas las respuestas a continuación, ¡quédate!
¿Qué es un podólogo?
El podólogo es el facultativo especialista en Podología cualificado para encargarse de la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de todas las afecciones, problemas, enfermedades o deformidades de los pies.
A veces no le damos la importancia que se merecen, pero es importante concienciarnos de la necesidad de cuidar nuestros pies para prevenir patologías y molestias que pueden perjudicar nuestra salud.
Y es que los pies son buenos indicadores del estado de salud general y pueden ser el área de manifestación de algunas enfermedades sistémicas como la diabetes, la gota o la artrosis, por poner algunos ejemplos.
Los pies, los grandes olvidados
Los pies son los grandes olvidados del cuerpo, pero no debemos perder de vista que muchos de los problemas relacionados con los pies pueden acabar por afectar a otras partes de nuestro organismo.
Mi marido cuenta con un amplio historial podológico desde que era niño, las uñas encarnadas lo llevaron en muchas ocasiones a la consulta del podólogo. Yo recuerdo a mi padre revisarnos los pies y las uñas de los pies a mi hermana y a mí desde pequeñas. Él tenía un tío podólogo y estaba muy concienciado sobre la importancia del cuidado de los pies.
Ahora somos nosotros los que cuidamos de los pequeños pies de nuestros hijos. ¡Son los que sostienen lo que más queremos en la vida, así que hay que mimarlos mucho!
Cuándo acudir a un podólogo infantil
Los primeros años de vida son muy importantes para realizar un diagnóstico precoz de patologías en los pies.
Problemas en la pisada, por ejemplo, pueden llegar a desencadenar problemas en otras partes del cuerpo, como las rodillas o las caderas.
Los pies de los niños, además, se van desarrollando a medida que van creciendo, porque están formados por cartílagos que se osifican poco a poco con el crecimiento. Es por ello que cualquier alteración detectada en estas etapas es mucho más fácil de solucionar en estos primeros años.
La prevención, nuestra mejor aliada.
Se estima que el 70% de los adultos tienen problemas en los pies que podrían haber sido evitados durante su infancia, por ello es recomendable acudir al podólogo para prevenir y detectar cualquier problema en el aparato locomotor.
Al igual que en el caso de los adultos habría que acudir a la consulta del podólogo al menos 1 vez al año desde que cumplen los 4 o 5 años, o antes en caso de que se detectara algún problema.
La salud podológica es fundamental para la prevención de diversas patologías y para evitar dolencias a largo y corto plazo
En las revisiones anuales con el podólogo se podrá controlar la evolución de la pisada y detectar patologías incipientes que permitan iniciar tratamientos correctores precoces en el caso de que sean necesarios.
5 síntomas que indican que el niño necesita un podólogo
Como padres debemos estar atentos a aquellos signos que pueden hacernos sospechar de la existencia de algún problema. También deberíamos consultar siempre con el especialista en el cuidado de los pies en caso de cualquier duda sobre el calzado más adecuado.
Además de cumplir con las revisiones anuales debemos prestar especial atención a cualquier alteración de la marcha o a sintomatologías como:
1. – Dolor
Los niños no deben sentir de manera continuada dolor o molestias óseas o articulares que le lleven a quejarse o a evitar realizar ciertas actividades. Si esto sucede, siempre debemos consultar para descartar cualquier patología.
2. – Niño que se descalza continuamente
Si nuestro hijo no aguanta ningún tipo de calzado en sus pies, probablemente este sufriendo de algún dolor o molestia. Consultar con el podólogo nos puede ayudar para detectar cualquier problema y para aconsejarnos sobre el calzado más adecuado teniendo en cuenta las características del niño.
3. – Deformidad o desgaste irregular en el calzado
Un desgaste irregular en la suela de sus zapatos puede deberse a que el niño esté realizando un apoyo inadecuado en uno o ambos pies que debería ser valorado.
4. – Problemas en las uñas de los pies
Debemos controlar que las uñas de sus pies siempre tengan un aspecto sano. Si observamos deformidades, roturas, heridas o cambios en su coloración también sería el momento de consultar con el podólogo infantil.
5. – Niño que anda de puntillas o con los pies hacia dentro
Uno de los principales motivos de consulta podológica son los niños que andan con una postura inadecuada o anómala o que meten los pies hacia dentro al caminar.
Es frecuente que los niños anden de puntillas cuando comienzan a caminar, pero si esta actitud persiste puede estar provocada por la existencia de algún problema que debe ser valorado.
Problemas podológicos infantiles más frecuentes
Ya hemos visto como cualquiera de los síntomas anteriores deben hacernos encender la señal de alarma. Normalmente serán problemas de fácil solución y control por el podólogo, por lo que no debemos preocuparnos pero tampoco debemos dejarlo pasar.
Los problemas infantiles más comunes en las consultas podológicas son:
- Pies planos o pies valgos
- Papilomas o verrugas plantares
- Mala posición de los dedos
- Pie de atleta u hongos
- Uñas encarnadas
- Dolor en el talón
- Caminar con los pies hacia dentro
- Caminar de puntillas
Ya sabes, si observas alguna anomalía o tienes cualquier duda sobre el cuidado de los pies de tu hijo o sobre el calzado que debe usar, no esperes más. Pon sus pequeños pies en buenas manos, consulta a tu podólogo y deja que disfruten del placer de caminar y correr. ¡Tienen muchos kilómetros que recorrer!
¿Cuándo fue la última vez que visitaste a tu podólogo? ¿Has tenido algún problema con tus pies? Comparte con nosotros tu experiencia en los comentarios. ¡Gracias!