Hotel para madres
Después de nueve largos meses, cuando ya has dado a luz a tu hijo y por fin lo tienes en brazos, uno de tus deseos es volver a casa con él. Llevar a tu bebé a su hogar, a ese casa que tan cuidadosamente has preparado mientras lo esperabas, para comenzar una nueva vida juntos.
Volver a casa con tu bebé recién nacido.
Cuando nació Gordito estaba deseando que llegara el día de que nos dieran a ambos el alta médica para irnos a casa. A nadie le gusta estar ingresado en el hospital. Yo me encontraba bien tras el parto y mi hijo estaba sano, así que yo en ese momento sólo quería ir a casa con él.
Estaba llena de miedos como buena mamá novata. Pero aún así anhelaba ese momento, que tantas veces había imaginado durante mi embarazo, de estar en mi hogar con mi bebé.
Tuvimos suerte, Gordito nació un lunes y el miércoles recibimos el alta médica. Juntos, emocionados, en familia, volvimos a casa. Recuerdo ese día con mucho cariño.
Cuando nació Trasto, este sentimiento era aún mayor. Ahora además en casa nos esperaba Gordito. Era la primera vez que Gordito y yo pasábamos tanto tiempo separados, nunca antes habíamos pasado una noche separados.
Gordito estaba bien cuidado. Estaba tranquila en ese aspecto, pero deseaba volver a casa con mis dos hijos. Además Trasto nació en plenas navidades, el 27 de diciembre. Quería disfrutar de la Nochevieja y las fiestas todos juntos.
Trasto nació un miércoles. Todo parecía ir bien, de modo que ese viernes yo esperaba que nos dieran el alta médica. Todo parecía indicar que así sería. ¡Gordito estaba deseando que volviéramos a casa con su hermano!
Lo que nadie desea. El bebé debe quedar ingresado tras el nacimiento
Pero las cosas a veces no salen como esperamos. Aunque todo parecía estar bien, la pediatra al revisar a Trasto nos dijo que debía quedar ingresado. La noticia fue un mazazo. Ya estabámos haciendo los planes para volver a casa junto a Gordito y el bebé.
Pero de pronto, la noticia que nadie quería y que nadie esperaba. En otro post os contaré el motivo por el que tuvo que estar ingresado.
Es difícil describir con palabras lo que se siente cuando esto ocurre. El miedo, la incertidumbre, el dolor de tener que separarte de tu hijo recién nacido. Una mezcla de sentimientos horrible. Desde que había nacido no me había separado de él, lo había tenido todo el tiempo en brazos, había dormido con él, lo tenía todo el día pegado al pecho. Era lo que los dos necesitabámos, lo único que a mí me apetecía hacer.
Ver desaparecer su cunita tras la puerta del Neonatología, mientras su padre y yo esperamos angustiados sin comprender muy bien aún la situación, es una imagen que tengo grabada todavía.
Yo acababa de recibir el alta médica. ¿Qué va pasar ahora? ¿Cuándo podré entrar a verlo? ¿Cómo le voy a dar el pecho? ¿Cuántos días vamos a tener que pasar así?
Ingreso en Neonatología
La idea de no poder estar, finalmente, con ninguno de mis hijos, me dolía muchísimo.
Un rato después de que se llevaran a Trasto, nos dejaron entrar a verlo. Su padre y yo no podíamos dejar de llorar al verlo allí, separado de nosotros. Sin poderlo tocar.
El personal del área de Neonatología fue muy amable con nosotros. Hicieron gala de una empatía y compresión enorme, que justo era lo que necesitábamos.
Nos explicaron la situación de Trasto. Tendría que estar allí unos días. Había que ir viendo su evolución, pero si todo iba bien, no sería demasiado tiempo.
Aquella UCI de Neonatología tenía unos horarios de visita, cada 3 horas. A las 9.00 h, 12.oo h, 15.00 h, 18.00 h, 21.00 h, 00.00 h, 03.00 h y 06.00 h, las mamás de los niños allí ingresados podíamos entrar a darle el pecho. Las que no daban el pecho, podían darle el biberón, o simplemente estar allí con ellos.
Cuando todas las mamás habían terminado de dar el pecho, los papás podían entrar a ver a sus hijos.
Un hotel para madres
Como yo ya había recibido el alta médica, las enfermeras me dijeron que quedaba una plaza libre en el hotel para madres. Si yo quería podía quedarme allí. ¿Hotel para madres? No sabía que en aquel hospital existía esa opción.
Era una zona al lado de Neonatología. En el hospital donde yo di a luz el hotel para madres tiene 2 plazas. Constaba de un salón con televisión gratuita, un sofá, una mesa para comer y un pequeño office con un frigorífico y un microondas.
Tenía un baño completo y una habitación con 2 camas. Muy parecido a un hotel de verdad, pero dentro del hospital.
En el salón había una zona dedicada a la extracción de leche. Con una mesa, unos sillones y todo lo necesario para poder extraer la leche materna. Había dos sacaleches eléctricos hospitalarios, de la marca Medela.
Evidentemente, acepté quedarme allí. No podría estar con mi bebé todo lo que me gustaría, pero al menos allí me sentía más cerca de él.
Un lugar donde poder estar cerca de mi hijo.
Las enfermeras me enseñaron el hotel, me dieron sábanas, mantas y toallas y me explicaron el funcionamiento del sacaleches. Aquel hotel era sólo para madres, así que mi marido volvíó a casa con nuestro hijo mayor. Yo me instalé allí.
Aún permaneciendo dentro del hospital, yo ya no estaba ingresada. El paciente era Trasto, yo podía estar «viviendo» allí, pero vestía mi ropa y podía entrar y salir del centro hospitalario si quería. Aun así, lo que sí estaba incluido era una dieta completa, la misma que me llevaban a mi habitación de maternidad cuando di a luz.
En aquel hotel para madres nos llevaban desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Otra mamá, cuya hija también estaba ingresada en Neonatos, compartía aquel hotel conmigo.
Favorecer la lactancia materna.
Aunque como os he contado, yo podía entrar y salir del hospital, desde que Trasto ingresó pasé la mayor parte del tiempo en aquel hotel. Sólo un momento durante el día, mi marido acercaba al hospital a Gordito y yo salía a pasar un rato con él.
Cada 3 horas, entrábamos a ver nuestros pequeños y a darle el pecho. Eran los momentos más esperados del día. Teníamos unas sillas al lado de las cunitas o incubadoras de nuestros pequeños. Me sentaba allí y el personal de enfermería sacaba a Trasto de su cunita y me lo daba. Trasto no tuvo ninguna dificultad para engancharse al pecho cuando nació, yo lo cogía en brazos y él enseguida empezaba a mamar.
Aquel ingreso no supuso ninguna dificultad para nuestra lactancia, que aún hoy continúa. El personal de Neonatología estaba muy bien formado y animaban mucho a las madres a dar el pecho a los pequeños. Si era necesario te acompañaban durante todo el rato para ayudar a que el agarre fuera bueno.
Tenían unos conocimientos y una paciencia infinita. Me sorprendió, para bien, ver a aquellas profesionales tan volcadas con la lactancia materna.
La lactancia de Trasto estaba bien establecida, pero aún así siempre se acercaban a comprobar que todo estuviera bien. Pero para otras madres primerizas que estaban allí con sus bebés, fueron de gran ayuda.
¿Cómo eran los días en el hotel para madres?
Cuando Trasto terminaba de mamar, yo volvía al hotel. Allí dedicaba también el tiempo a usar el sacaleches, era necesario para que la producción no disminuyera.
La leche que extraía la llevaba a la UCI de Neonatos. Allí el personal se encargaba de su conservación. Si Trasto entre visita y visita tenía hambre, le daban mi leche extraída con un biberón. La leche que Trasto no tomaba la congelaban. Cuando finalmente le dieron el alta, nos llevamos toda aquella leche congelada a casa.
Cuando no estaba enganchada al sacaleches, veía la tele o charlaba con la otra mami. Al final entre unas cosas y otras, antes de que te dieras cuenta volvía a llegar otra hora de visita.
Si Trasto lloraba porque le hubieran hecho alguna prueba o rechazaba el bibe, las enfermeras venían a buscarme a aquel hotel y yo acudía a calmarlo aunque no fueran las horas de visita.
Uno de mis temores cuando lo ingresaron es que lo dejaran llorar. Imaginármelo llorando sólo, sin nadie que lo consolara me partía el alma. Pero eso no sucedía, estaban muy bien atendidos. Nunca los dejaban llorar por hambre o por otra circunstancia.
El poder estar allí, cerca de él, sabiendo que estaba bien cuidado, me tranquilizaba mucho. Evidentemente, en casa estaríamos muchísimo mejor, pero aquello no era tan horrible como yo había imaginado.
Tan cerca y tan lejos
Por las noches, después de la toma de las 00.00 h, me acostaba a dormir y me ponía el despertador cada 3 horas para acudir a darle el pecho también durante la noche. No era obligatorio, si alguna mami no iba a alguna toma por cualquier motivo, las enfermeras le daban el biberón.
Pero yo no me salté ninguna. Estaba cansada, es cierto, pero sentía que se lo debía. No quería dejar pasar ninguna de las oportunidades para estar con él, para cogerlo en brazos, para que él supiera que tenía a mamá cerca, aunque no pudiera estar las 24 horas a su lado.
Fueron días difíciles, además en plena Navidad, pasé la Nochevieja sóla en aquel hotel para madres. La hija de mi compañera de hotel recibió el alta médica ese día y se marcharon. Pero las noticias sobre la salud de Trasto cada vez eran más esperanzadoras y sabía que pronto nos iríamos a casa.
Poder estar en aquel hotel para madres hizo que todo fuera mucho más fácil para mí. Tenía un sitio con intimidad, para sacarme leche, dónde poder descansar y ducharme. A sólo un paso de dónde estaba mi pequeño.
El primer hotel para madres de Andalucía. Una iniciativa estupenda.
El primer hotel para madres de Andalucía se estrenó en el Hospital Reina Sofía de Córdoba en el año 2007. Luego han sido muchos los hospitales que han ido adecuando sus instalaciones.
Esta prestación hospitalaria surgió con el fin de facilitar el contacto de la madre con el recién nacido, favoreciendo el establecimiento, mantenimiento y continuidad de la lactancia materna.
Estas iniciativas son promovidas dentro del Proyecto de Humanización de la Atención Perinatal de la Consejería de Igualdad, Salud y políticas sociales de la Junta de Andalucía.
Este proyecto se enmarca dentro del Decreto del Niño Hospitalizado y la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN); lanzada por la OMS y UNICEF para animar a hospitales y servicios sanitarios a adoptar prácticas que protejan, promuevan y apoyen la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento.
¿Conocíais la existencia de estos hoteles para madres? Si los has utilizado, ¿cuál fue tu experiencia en ellos?
Me parece genial que surjan estas cosas, porque ya es difícil tener que dejar a tu hijo en el hospital porque tengas que volver a casa. Genial post.
A mi me parece un proyecto necesario. Lo ideal sería poder estar con ellos 24 horas, pero al menos tener la oportunidad de estar cerca y tener un lugar adecuado donde poder descansar es estupendo. Gracias por tus palabras!!😘
Yo aun no soy madre pero si que tengo una amiga que estuvo viviendo así 4 meses ya que vino demasiado prematuro y corría demasiado peligro,no lo pudo coger en sus brazos hasta pasado dos y desde luego lo que tuvo que pasar ella en esa circunstancias no tuvo que ser nada fácil ya que el hospital quedaba lejos de casa y su pareja en ese hotel no podía quedarse y la familia apenas podía ir a verla pero bueno lo importante es que ya están en casa desde hace unos meses y el pequeño parece progresar divinamente que eso es lo mas importante después de todo 🙂 ¡Animo y ahora a disfrutar mucho!
Que situación tan dura la de tu amiga. Son circunstancias muy difíciles. Nosotros tuvimos suerte, no fueron demasiados días de hospitalización y en cada visita podía cogerlo y darle el pecho. Eso me daba la vida! Gracias por comentar😘😘
Me parece una idea genial que debería haberla en todos los hospitales. Mi hijo estuvo 107 días entre UCI y neonatos ingresado. Yo vivo al lado del hospital, pero había madres incluso de otras ciudades que tenían que buscarse la vida en pisos de alquiler o con familiares… esto les hubiese servido de mucha ayuda! Eso si, yo en neonatos no tenía horario. Podía ir cuando quisiese. Una suerte!!!
Siento mucho que tu hijo tuviera que pasar por ello, espero que al menos todo saliera bien. Os mando un fuerte abrazo!! Es una situación complicada, y si a ello le sumas problemas de organización y logística, puede ser un caos! El hotel para madres facilita mucho esos duros momentos. Ojalá estuviera en más sitios y hubiera muchas plazas para todo el que lo necesitara. ¡Qué suerte no tener horarios en neonatos!
Muchas gracias por tu comentario y por compartir tu experiencia😘😘