Yo suelo tener un ciclo menstrual muy regular por lo que cuando nos dimos cuenta de que ya llevaba unos cuantos días de retraso nos decidimos por ir a comprar un test de embarazo.
Era un día 28 de febrero, como vivimos en Andalucía es un día festivo, así que tuvimos que buscar la farmacia de guardia. Entramos los dos juntos y lo pedimos. No sé si el farmacéutico era un bromista o es que nos debió ver cara de jovencitos pero nos preguntó si sabíamos como usar el test. Yo tenía 29 años entonces, mi marido 33, es cierto que ambos aparentamos menos edad, pero desde luego no esperábamos aquella pregunta. Dijimos que sí y salimos de la farmacia muertos de risa.
Al despertar de la mañana siguiente me hice el test. Salieron dos líneas bien marcadas que no dejaban lugar a dudas. Ese positivo nos llenó de felicidad. Era el día 29 de febrero, una fecha particular y ya para siempre imposible de olvidar.
Ese día empezaba mi andadura como una futura mamá novata y todas esas historias y experiencias son las que te cuento en este blog de maternidad.
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